¡Buenos días, lectores del boletín internacional de NO PASA NADA!
Oficialmente entramos en temporada de huracanes, así que es momento de tomar precauciones: atención con las lluvias, cuidado en carretera y, si vivís en zonas rurales o propensas a derrumbes, mejor mantenerse alerta.
Tener casa propia ya no es una prioridad para los millennials. En Costa Rica y en buena parte de Latinoamérica, eso que antes se conocía como “el sueño de la casa propia” ha perdido fuerza entre las nuevas generaciones. Durante mucho tiempo, comprar una vivienda era sinónimo de éxito, estabilidad y progreso. Pero hoy, ese ideal parece desvanecerse. Las razones son muchas: desde lo económico hasta un cambio profundo en los estilos de vida y las aspiraciones.
Hoy, cada vez más millennials y centennials –es decir, quienes nacieron entre 1981 y 2012– han empezado a renunciar a ese sueño. No es que no lo quieran, es que se ha vuelto muy difícil alcanzarlo.
Y sí, la principal razón tiene que ver con la economía. Comprar una casa hoy en día es mucho más complicado que antes. Aunque los precios de las viviendas han bajado en los últimos años, el problema no es solo lo que cuesta una propiedad: también es lo poco que están creciendo los sueldos y lo caro que es endeudarse. En resumen, ganamos menos y los créditos hipotecarios son más difíciles de conseguir y mucho más caros. Así de simple.
A esto hay que sumarle que el mercado laboral no está ofreciendo muchas oportunidades de crecimiento. Los trabajos estables, bien pagados y con beneficios son cada vez más escasos. Y si además los bancos están poniendo más trabas para prestar plata, ¿cómo se supone que alguien joven va a comprarse una casa?
Pero ojo, no todo es culpa de la economía. También hay un cambio en los estilos de vida y en lo que los jóvenes consideran valioso. Muchos han dejado de ver la propiedad como una prioridad. En lugar de eso, prefieren gastar en educación, viajes, experiencias o incluso ahorrar para mantener más flexibilidad y libertad.
Ya no se trata solo de tener, sino de vivir. Y eso se refleja en muchas cosas: hay menos apuro por formar una familia, se prioriza la movilidad (geográfica y laboral), se buscan trabajos que permitan un mejor equilibrio con la vida personal, y se cuestiona mucho más qué significa realmente “progresar”.
Hoy, rentar una casa ya no se ve como un fracaso. Para muchos, es una forma de vivir más cerca de lo que quieren y menos atados a un crédito que los condicione durante 20 o 30 años. Es otra forma de pensar el futuro (a corto y mediano plazo, claro).
Además, hay que considerar algo más amplio: el acceso. No se trata solamente de ser más ricos o más pobres que generaciones anteriores, sino de cómo accedemos a cosas básicas como vivienda, salud, educación o financiamiento.
Kim Jong-un promete apoyo total a Rusia en la guerra contra Ucrania
Corea del Norte acaba de reafirmar su alianza con Vladimir Putin. El líder norcoreano, Kim Jong-un, declaró que su país apoyará “incondicionalmente” la guerra de Rusia contra Ucrania, una señal clara del fortalecimiento de la relación entre ambos regímenes.
Según medios estatales de Corea del Norte, Kim se reunió esta semana con Sergei Shoigu, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, y ahí ratificó su respaldo absoluto a Moscú. No solo expresó confianza en que Rusia saldrá victoriosa en lo que llamó una “causa sagrada”, sino que también acordaron reforzar aún más su cooperación estratégica.
Este apoyo no es solo simbólico: Corea del Norte ha enviado miles de soldados para unirse a las tropas rusas en la región fronteriza de Kursk. Se estima que ya hay entre 10.000 y 12.000 militares norcoreanos desplegados, y que incluso se han enviado 3.000 más este año. Es la primera vez que Corea del Norte participa en un conflicto armado fuera de su territorio desde la Guerra de Corea en los años 50.
Pero la alianza va mucho más allá del terreno. Un informe reciente reveló que Corea del Norte ha enviado a Rusia misiles balísticos, millones de municiones y otros armamentos. También hay indicios de un intercambio de tecnología militar que podría fortalecer el programa nuclear norcoreano, algo que tiene en alerta a Estados Unidos, Corea del Sur y sus aliados.