Un adolescente en Estados Unidos fue diagnosticado recientemente con una grave y rara enfermedad pulmonar conocida como “pulmón de palomitas de maíz” tras vapear durante años en secreto. Esta condición, que daña de forma irreversible las vías respiratorias, provoca tos crónica, fatiga, silbidos al respirar y dificultad para respirar.
¿De dónde viene ese nombre tan curioso? En los años 2000, varios empleados de una fábrica de palomitas para microondas desarrollaron la misma enfermedad tras inhalar diacetilo, un químico que se usa para dar sabor a mantequilla. Esta sustancia provoca inflamación y cicatrización en los bronquiolos, los canales más pequeños de los pulmones.
Y sí… el diacetilo está presente en muchos vapeadores, junto con otras sustancias tóxicas como formaldehído y acetaldehído.
Aunque en lugares como la Unión Europea y el Reino Unido estas sustancias están prohibidas en los cigarrillos electrónicos, en países como Estados Unidos aún se permiten, y es común que los vapeadores ilegales —mucho más baratos— las contengan sin ningún control de calidad.
El problema: son justo esos dispositivos baratos los que terminan en manos de adolescentes y jóvenes adultos, que los ven como una alternativa “más segura” al cigarro.